
Esta va sin ninguna intención de vacilar a mis habituales proveedores de Polvos Azules. Mi broder, El Primer Ministro, me había hecho recordar de una película llamada "Once", y aprovechando que estaba webeando ayer en la noche, me fui a ver si la encontraba. Como desconocía el título de la traducción, empecé a preguntar ¿Tiene Uanz? ¿Uanz? Luego la escribí en un papelito, y naranja huando. Por último, un piratín igualito a Pietro Sibille en Días de Santiago, me dijo, recontra mosca: "¿Cómo es la carátula, sobrino?". Se la describí, craneó un toque, y al fin me dijo: ¡¡¡Ah, Once!!! ¡¡¡Ta que esa película es paja, chino!!! Me pidió que lo esperara un segundo y, cual piraña de Wilson, se arrancó a buscarla a otro puesto. Efectivamente, la película que me vendió conservaba el título original, y no como circula por allí, "Una vez el amor".
Con Pietro, que así he bautizado a mi broder cinéfilo, ojeamos un rato la película y los extras (que increíblemente vinieron completitos), y me la vendió por dos soles cincuenta. Pero es una cinta que, como el Trome, cuesta mucho más. Sin duda, uno de los mejores musicales que he visto, luego de Hedwig. ¡Te la presto!

