8 may 2008

¡Ah, Once!


Esta va sin ninguna intención de vacilar a mis habituales proveedores de Polvos Azules. Mi broder, El Primer Ministro, me había hecho recordar de una película llamada "Once", y aprovechando que estaba webeando ayer en la noche, me fui a ver si la encontraba. Como desconocía el título de la traducción, empecé a preguntar ¿Tiene Uanz? ¿Uanz? Luego la escribí en un papelito, y naranja huando. Por último, un piratín igualito a Pietro Sibille en Días de Santiago, me dijo, recontra mosca: "¿Cómo es la carátula, sobrino?". Se la describí, craneó un toque, y al fin me dijo: ¡¡¡Ah, Once!!! ¡¡¡Ta que esa película es paja, chino!!! Me pidió que lo esperara un segundo y, cual piraña de Wilson, se arrancó a buscarla a otro puesto. Efectivamente, la película que me vendió conservaba el título original, y no como circula por allí, "Una vez el amor".
Con Pietro, que así he bautizado a mi broder cinéfilo, ojeamos un rato la película y los extras (que increíblemente vinieron completitos), y me la vendió por dos soles cincuenta. Pero es una cinta que, como el Trome, cuesta mucho más. Sin duda, uno de los mejores musicales que he visto, luego de Hedwig. ¡Te la presto!

30 abr 2008

Amazon city


No me paltea confesar que los primeros libros que compré fueron piratas. O "bambas", como los llamábamos en mi época de webero colegial. Todas esas novelas que me obligaron a leer en cuarto las conseguí en Amazonas: Vargas Llosa, Bryce, Reynoso, Scorza. Entonces, claro, no tenía la menor idea de que al otro lado de la ciudad, quedaban sitios como El Virrey o La Casa Verde, a donde mi viejo no hubiera podido llevarme. Supongo que él tampoco conocía de su existencia, jeje.
Recuerdo que en mi casa no teníamos muchos libros de literatura, a excepción de una colección que salió con La Tribuna, pero eran obras tipo "Ollantay" o "Los Comentarios Reales de los Incas", que ya habíamos leído en 2do año. Y luego otros fascímiles de autores peruanos que salieron con Expreso en 1998, pero de ahí nada más.
En definitiva, si quería leer no me quedaba otra que pegar la lateada hasta donde hoy se ubica el puente de Acho. Tomaba la 11, un microbio celeste con una franja blanca, que me dejaba allí mismo. Fruteros, chicharroneras, lustrabotas, cachineros, todos se confundían en un espacio que ahora luce más despejado, pero siempre con el imponente San Cristóbal de fondo.
Puede que la primera obra que compré (y regatié allí) fue "No me esperen en abril" (Peisa, 1995). Una novelita que no me exigieron leer, pero que me vaciló por su portada y por que trataba de un colegial cuyo nombre estaba como pa batirlo hasta aburrirse: Manongo Sterne. Como yo también era un colegial medio timidón y lorna, creo que me sentí identificado. Pagué alrededor de cinco lucas y regresé a casa ojeando las primeras páginas.
Hoy, que ya no vivo en San Juan de Lurigancho y rara vez bajo por Amazonas, me pregunto a dónde habrán ido a parar esos libros piratas. Me hubiese gustado conservarlos aunque sea como recuerdo... Pero fácil que mi viejita los botó antes de mudarnos, al igual que la colección del Estudiante y del Chesu...!, que tanto le gustaba a mi hermano.
A pesar de que el paisaje no es el más atractivo de toda Lima, porque allí nomás está el río Rímac y sus pastrulos y "topos", creo que el campo ferial todavía es una buena opción para el lector con poco billete. O sea, para todos los gustos hay, desde textos escolares de inicial y primaria, hasta los libritos más cochambrosos que nunca imaginaste que se salvarían de las polillas.
Aprovecho en colgar algunas imágenes que tomé muy al vuelo en mi última visita, encaletándome la cámara ni bien la sacaba. Igual que el arequipeño cuando observa el Misti, yo también me emociono al ver (y qué será volver a subir) el cerro. Y no va a ser...

25 abr 2008

Aventuras de El Trolo

¿Quién se acuerda de este mítico personaje, mucho más pendeivis que Manyute y El Enano Erótico juntos? Pues acá dejo tres chistecitos de El Trolo, de cuando la tira salía en Chesu...! del diario Onda, allá por 1996. Y esto es casi como un post de servicio público, porque me he matado buscando al superhéroe que creó Toño Tapia por toda la cholósfera y nunca lo encontré. Al menos no así, con sus pelos ensortijados y su particular ñata, afanándose a las hembritas más ricotonas...



21 abr 2008

Debutando

Están que me apestan los pies. Será porque los he tenido mucho rato metidos en mis medias NB. Y estas, bajo mis Reebok clásicas, que casi me roban el sábado, regresando del Bottero Bar. Lo que pasó es que me venía pensando por la Arequipa, “creo que es hora de escribir un bloj”. Hasta que en eso me topé con dos patitas que me cerraron el paso y decían, “Ya perdiste, chino, ya perdiste.” O sea, me trabajaban la moral pe varón. Entonces, sin pensar en hacerme el Bruce Lee ni el Van Damme (menos el Chuck Norris), me la piqué. Arrugué, me oriné todito. En vez de quedarme a defender mis tabacaleras cual león peleador sin ley, preferí la de Zavala y salí disparado. Los chorizos, felizmente, no me siguieron. Claro que de eso yo no me di cuenta hasta que llegué a mi casa, resoplando como luego de un dame que te doy que te sigo dando…
Ya en mi huarique, seguí con la pensadera, “Ptm, estas web@s no pasan a diario. Mañana mismo arranco mi bloj.” Y luego de sacarme las tabas, que por cierto, ya olían alguito, me fui a jatear…
Hoy, con cierto retraso, estoy cumpliendo lo que prometí luego de salvar mis Reebok de ser subastadas en Tacora. O lo que es peor, en la Plaza Unión. O peor aún, en Puente Nuevo. Y ni siquiera arranco mi propia bitácora en honor a los dos patines que no se tomaron la molestia de corretearme, sino por todo lo demás. Quién sabe, a lo mejor y hasta acabo vendiendo mis Reebok por este medio, ¿no? Jaja, no, mentira, nunca tanto…En fin, total, vamos a ver qué sucede. Así que abre que voy…